La temperatura II

 En esta segunda parte vamos a ver como se ajustaban los relojes con un sistema de volante espiral cuando se utilizaban espirales de acero. Con el aumento de temperatura un espiral de acero perderá en tensión, lo que provocará un retraso en la marcha. Por el contrario, con un descenso de temperatura ganará en tensión, lo que provocará un adelanto en la marcha. Se llegó a la conclusión de que la mejor solución era dejar el espiral en paz e intentar compensar el error con el volante. Fué entonces cuando se ideó el "volante compensador", que se combinaba con el espiral de acero. Esta combinación hace posible el ajuste fino del error de temperatura. La llanta de un volante compensador (o bimetálico cortado) está compuesta de acero en la parte interior y latón el la parte exterior y tiene un corte a cada lado justo después de los brazos para permitir el libre movimiento:

En la ilustración que sigue vemos como con el aumento de la temperatura la llanta se dobla hacia el interior debido a que con el calor el latón se expande más que el acero. Entre a y b el volante tendrá un diámetro menor. Un volante más pequeño se balancea más rápido y compensa el retraso producido por un espiral más flácido:

Con el descenso de temperatura la llanta se dobla hacia el exterior y compensa el adelanto producido por un espiral más rígido:


A temperatura ambiente, (alrededor de 23°C) el volante mantendrá una forma totalmente circular. 

Para hacernos una idea de como se procede al ajuste, veamos las dos ilustraciones siguientes:

Si colocamos todos los tornillos de carga en la parte más cercana al extremo final de la llanta tendremos el máximo efecto posible en la redución del radio de giro en calor y en el aumento del radio de giro en frío.


 Si por el contrario, colocamos todos los tornillos de carga lo más cerca posible del brazo del volante tendremos la compensación más débil posible. Entre ambos ejemplos las combinaciones son tan numerosas que permiten un ajuste fino de la marcha en ambos extremos de temperatura y es tarea del relojero hacer que los cambios en el momento de giro del volante compensen las variaciones de marcha producidos por los cambios en la elasticidad del volante. 

Pongamos el ejemplo de un reloj de bolsillo sincronizado en +00.0 segundos que controlamos en posición esfera arriba durante 24 horas a temperatura ambiente (23°C) y nos da un adelanto de +02.0 segundos. Colocamos seguidamente el reloj en una cámara de calor (38°C) siempre esfera arriba y a las 24 horas el reloj marcha +00.5 segundos. La compensación al calor es insuficiente, el reloj debería estar (o haberse acercado) en +04.0 segundos para considerar la compensación aceptable (un reloj de bolsillo estará normalmente a temperatura ambiente o al calor del bolsillo). La ilustración que sigue representa el volante de dicho reloj de bolsillo:

El volante no tiene suficiente peso hacia el final de la llanta, en la parte que al calor se expande hacia el interior. Cambiamos el tornillo a de la posición 4 a la 3 ( en ambos lados del volante). Sabemos por experiencia que a 38°C esta corrección supone de 3 a 4 segundos al día de compensación. 

Una corrección como la descrita supone un cambio en la fuerza centrífuga del volante que provocará un ligero retraso en la marcha diaria del reloj. Habrá que regular el reloj para que vuelva a marchar cerca de +00.0 antes de volver al control de la temperatura ambiente y al calor. En un reloj de bolsillo de calidad nos daremos satisfechos cuando la marcha al calor se acerque en menos de 2 segundos a la marcha a temperatura ambiente. Se considera que la marcha en frío será aceptable siempre y cuando tengamos el error secundario bajo control...

En resumen:

                   El reloj adelanta ---------------------- Mover peso hacia el corte

FRÍO

                   El reloja atrasa     --------------------- Mover peso hacia el brazo


                   El reloj adelanta ---------------------- Mover peso hacia el brazo                

CALOR

                   El reloj atrasa     ---------------------- Mover peso hacia el corte

 

EL ERROR SECUNDARIO

Como hemos visto en la primera parte el error secundario es inherente a la compensación, no nos podemos librar de él. Pero en el caso de un volante compensador podemos reducirlo al mínimo posible. Esto se logra realizando la compensación con la mayor cantidad posible de tornillos de carga alrededor del centro de la llanta:


 

Como se observará, el relojero experimentado ha optado por montar tornillos de carga de diferentes tamaños. Se aumentan así las combinaciones posibles para el ajuste fino y se posibilita la compensación con los tornillos "centrados" en la llanta, reduciendo el error secundario al mínimo para la pieza.

Orden del procedimiento

Después del ajuste de temperaturas habrá que recontrolar el equilibrio estático del volante. Se procederá seguidamente al control y corrección del isocronismo y por último al ajuste de la marcha en las distintas posiciones verticales.






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