Nos referimos aquí a las partes del escape que evitan que un movimiento se pare como consecuencia de movimientos bruscos o golpes, algo esencial cuando hablamos de relojes portables (bolsillo o pulsera).
Posicionamiento de los móviles
Es parte esencial para el correcto funcionamiento de las seguridades.
El volante
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En la figura 1 vemos que un rubí inferior ajustado al ras con la platina nos asegura un espacio más que suficiente entre el platillo pequeño y la superficie de la platina (S4). En un calibre bien construído, este punto de partida nos debería dejar suficiente margen de maniobra para posicionar el resto de los móviles como se describe más adelante.
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En la figura 2 vemos el eje remachado al volante y el doble platillo montado a presión. A es el gran platillo que porta la elipse C y B es el platillo pequeño.
El áncora
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En la figura 3 vemos la posición correcta del áncora con especto al platillo del volante. El dardo del áncora deberá posicionarse exactamente centrado con el platillo pequeño.
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La figura 4 nos muestra los dos sistemas más comunes de fijación del dardo del áncora.
La rueda de escape
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La parte funcional de los dientes de la rueda de escape debe posicionarse exactamente en el centro de las bocas de áncora
-Los juegos axiales de los 3 móviles del escape deberían ser iguales. Un valor entre 0.01mm - 0.02mm es suficiente.*
*En calibres extraplamos un juego axial de la rueda de escape de hasta 0.03mm es aceptable para evitar paradas debido a eventuales torsiones del movimiento al fijarlo a la carrura.
Las seguridades
Tienen como misión evitar la inversión del escape. Lo entenderemos mejor en la figura 6 :
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Durante el arco suplementario libre un diente de la rueda de escape mantiene, gracias al ángulo de la boca de entrada*, el áncora contra el poste de limitación G1. Este ángulo, calculado a la hora de construir el escape, se llama retención. Su momento de fuerza es limitado y vemos que, si se produce en golpe en el sentido de la flecha A, el áncora se desplaza hacia el poste de limitación G2 provovando la parada del reloj. La inversión puede también producirse durante la puesta en hora del reloj, ya que si neutralizamos la motricidad de la rueda de escape estamos reduciendo la retención.
*Como ya vimos en el escrito anterior este es el ángulo que, durante la fase de desbloqueo, hace recular la rueda de escape con la subsiguiente pérdida de energía.
Para evitar estas posibles paradas del reloj el áncora está provista de:
-El dardo (actuando sobre el platillo pequeño)
-Los cuernos (actuando sobre la elipse)
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En la figura 8 vemos el áncora, apoyada en el poste de limitación G1, que a consecuencia de un golpe se desplaza hacia el poste opuesto (G2). El dardo D se topará con el platillo pequeño limitando el desplazamiento angular, evitando así la parada del reloj. El rebaje (H) en forma de media luna del platillo pequeño permitirá la libertad del áncora durante las fases de desbloqueo e impulsión.
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En la figura 9 el golpe se produce cuando el dardo se encuentra ya delante del rebaje del platillo pequeño. En este caso es el cuerno el que se encarga de limitar el desplazamiento angular del áncora permitiendo al escape continuar en funcionamiento.
-Habiendo visto descritas las seguridades integradas en la construcción del escape, nos ocuparemos en una tercera parte de los ajustes para su correcto funcionamiento. En todo caso, el punto de partida indispensable será el posicionamiento de los móviles descrito al comienzo de este escrito.
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